
Tuta En Tiempos De Covid-19
Por: Yeraldin Cruz Salanueva
El tema de la pandemia es una situación que nos deja a todos un cambio significante en nuestro diario vivir, y con este los sentimientos, emociones, vacíos, problemas, nuevos conocimientos, entre otras cosas. Por tal razón he decidido recolectar todas aquellas situaciones anteriores en esta etnografía, por medios de una pequeña entrevista, a personas más cercanas para que se les facilite abrir su corazón gracias a la confianza.
Tuta En Tiempos De Covid-19
Autora: Yeraldin Cruz Salanueva
Lugar: Tuta-Boyacá
Duración:7:39 min
Fecha de realización: 13 de mayo del 2021
Me encuentro en Tuta un pueblo cerca de la capital boyacense, en medio de una pandemia. Me encuentro con una gran amiga ella se llama Sara Bolívar, después de saludarnos y preguntar la una por la otra, tomo la iniciativa de comenzar una conversación a cerca de la pandemia y le pregunto qué cambios a tenido su diario vivir a raíz de esta pandemia; ella empieza diciéndome que ha sido una completa locura ya que así como han sucedido cosas buenas, también muchas cosas malas, entre esas situaciones difíciles ella muy conscientemente me cuenta de la ruptura de su relación sentimental, ya que debido a la distancia por vivir en ciudades diferentes, empezaron a incrementar sus problemas como pareja, dejándole un gran vacío en su corazón. Muy honestamente me dice que la cuarentena fue uno de los momentos más difíciles de su vida, ya que no solo se encontraba en ella sentimientos de angustia por el covid-19, sino que también un gran sentimiento de vacío, tristeza y soledad. A lo que finalmente con una gran sonrisa me termina contándome que ella al ver su situación emocional, decide tener una postura contraria a sus emociones poniéndole un gran positivismo a su día a día, y a enfrentar con gran responsabilidad el nuevo proyecto que con sus hermanas han decidido emprender, una cafeteria-heladeria, que para ella ahora será su nuevo lugar de trabajo, cosa que la ha hecho muy feliz.
Quizás muchos jóvenes como Sara que con 19 años enfrento momentos muy difíciles en la pandemia, muertes familiares, fracasos económicos en sus familias, perdida de amistades, problemas en sus estudios etc. Pero una manera de enfrentar todas estas situaciones es haciéndole frente al problema con una actitud positiva, sacando siempre cosas buenas de lo malo.
Decido preguntarle a mi primo Brayan Suesca de 12 años, como era para él toda esta situación de la pandemia y él me dice que es muy triste ya que su cumpleaños los tuvo que celebrar solo con su mamá ahí en el campo, que no le gustan las clases en línea, pero que por otro lado le ha gustado la cuarentena porque ha tenido más tiempo y ha mejorado en su juego online, y también ha aprovechado su tiempo libre para aprender a tocar piano. Al ver que quizá el podida estar muchas veces sin hacer nada, decidí invitarlo a un grupo juvenil católico virtual, a lo que más adelante me agradeció mucho, el compartir con jóvenes ya sea por la virtualidad, le ayudo a no aburrirse en su casa y sacando de estos encuentros conocimientos y aprendizajes muy fructíferos.
Quise también tener un momento de conversación con una prima que se contagió; es necesario observar el cambio que se generó desde varias facetas y puntos de vista, y este punto de vista es muy importante.
Sofia Valbuena, es mi prima de 25 años ella trabaja en una empresa de cereales y fue allí donde ella se contagió, ’’todo empezó con un dolor leve de garganta, luego malestar general, dolor de cabeza, fiebre, y ante todo esto, tomo la decisión de hacerme la prueba, y aislarme mientras salen los resultados; cuando llegan los resultados, efectivamente sale positiva la prueba, permanezco en cuarentena y durante ese tiempo pierdo el sentido del gusto y del olfato, es una enfermedad que no solo deja rastros físicos sino que también psicológicos y en la manera de vivir la vida. Lo más difícil para mí es estar tanto tiempo lejos de mi familia y en cuanto a al virus a comparación de otras personas, no fui internada en un hospital o en cuidados intensivos gracias a Dios, todo el tiempo en mi apartamento encerrada; la pérdida del gusto y del olfato son los síntomas que más me han dado guerra, pero los que también me han dejado una lección de vida, cuando perdí el sentido del gusto, no quería que se llegara la hora del almuerzo, de la cena o el desayuno, la comida no me sabia absolutamente a nada eras como si estuviera comiendo papel, era horrible. La lección que me deja todo esto es valorar mucho la bendición de los alimentos, yo me considero una persona que era muy estricta para comer, ahora tengo muchas intenciones de aprender a comer alimentos que quizá no sea de mi agrado pero que son una bendición a comparación de lo que se vive con ese virus``.
Sin duda alguna y al escuchar a mi prima una chica aun joven, me hace entender y reafirmar que antes de que llegara este virus a la humanidad, todos estábamos llegando a un límite de no estar satisfechos con nada, a no ser agradecidos con nada, y para muchos la gran lección que nos deja esta pandemia es a saber valorar lo que poco o mucho tenemos y a saberlo aprovechar.