top of page

Tercera edad en medio de la pandemia

Por: Lina María Malagón Angulo

Para nadie es un secreto que esta pandemia nos cambió la vida a todos, las prioridades empezaron a ser otras, las costumbres, el estrés y los afanes quedaron a un lado, por lo menos de la forma en que los estábamos llevando. El día a día pasó de ser una rutina a una rutina encerrada, el trabajo para los afortunados que lo seguimos teniendo, sigue siendo una gran prioridad solo que ahora de forma remota, la salud pasó a un plano importante, muchas veces dejábamos de lado los chequeos médicos o disimulábamos el dolor de cabeza e incluso la gripa, automedicándonos. Gracias al Coronavirus dejamos de subestimar los dolores y el malestar y estamos más atentos a lo que nos grita el cuerpo.

Título del proyecto: Tercera edad en medio de la pandemia

Autor: Lina María Malagón Angulo

Lugar: Bogotá, Colombia

Duración: 11:25

Fecha de realización: Octubre 2020

Vivo con tres adultos mayores, mis padres y mi tío, en los adultos mayores al igual que en todos nosotros, debe primar la salud mental, ya que es importante para el bienestar y salud en general, ya que esta puede afectar nuestra forma de pensar, sentir y actuar.

Debemos tener un equilibrio, tomarnos un descanso y dejar de leer y ver noticias y sobretodo apartar las redes sociales para no llenarnos de información que muchas veces es falsa y evitar caer en ataques de estrés y ansiedad.

Con los adultos mayores pasamos de que fueran completamente ajenos a la tecnología, a ser expertos buscando “teorías de la conspiración”.

Son importantes las rutinas, el trabajo en equipo en labores domésticas, estar acompañados, apoyándonos y también permitiéndonos estar solos así estemos encerrados en la misma casa. La paz mental es fundamental para sobrellevar la pandemia y todo el miedo que abarca.

Aunque sé que son adultos mayores autónomos que toman sus propias decisiones y entiendo que vejez no es sinónimo de enfermedad y que no hay que invalidar su toma de decisiones, sí hay que hacerles ver y entender que todos debemos cuidarnos y que es un tema mundial, no es un invento, hay que ser precavidos.

La empatía prima en estos momentos como familia y sociedad, debemos ir construyendo un diálogo amable con ellos para lograr llegar a acuerdos de cuidados en las salidas, las visitas al medico si son de forma presencial, la peluquería, los restaurantes y en general la vida en la nueva normalidad.

Mantenerlos distraídos, el apoyo familiar, el poder hablar, que puedan expresar sus necesidades es fundamental en estos momentos del Covid.

Lo que me dicen mis padres que más extrañan es poder compartir con la familia y los amigos, ir a misa, salir a caminar libremente, vitrinear, comer helado y celebrar los cumpleaños en algún pueblito vecino de la sabana. Les pregunto que es lo que más les preocupa y me responden que la salud por casos cercanos que han resultado positivos y la economía. En cuanto a la parte positiva de esta pandemia, dicen que queda la unión familiar, el apoyo que hemos tenido entre nosotros, la alimentación que ha sido más sana y la parte negativa se ve envuelta en los cambios en los patrones de sueño, la dificultad para concentrarse por el lado de mi mamá, y la falta de estado físico de mi papá. El coronavirus nos ha estado enseñando grandes lecciones de vida, como por ejemplo que la vida es corta y lo más importante es la salud y la familia, también que los trabajos pueden ser de paso y que hay que ahorrar, que los cambios llegan en cualquier momento y hay que adaptarnos de la mejor forma, que todo pasa y que lo que queda es la enseñanza de la experiencia vivida.

El bienestar físico, mental, emocional e incluso el espiritual deben estar en perfecto equilibrio.

Valorar el hogar en tiempos de Coronavirus nos hace fuertes, el hogar como lugar físico, como templo de privacidad, pero también de encuentro con nuestros seres amados, hay que dejar de verlo como aislamiento y más como compañía sincera de las personas que nos aman y cuidan cuando estamos cansados, enfermos, enojados y decepcionados del mundo externo. Debemos ser conscientes del poder que tenemos hoy a través del tiempo libre que tanto solicitábamos, nuestros padres, esos adultos mayores que no esperan nada a cambio, merecen nuestra atención y cuidado para salir de esta y todas las situaciones que vengan de aquí en adelante.

© 2021 Curso Antropología Visual - Docente Uliana Molano - Universidad Nacional Abierta y a Distancia UNAD

bottom of page