
Transmutaciones en familia por Covid-19
Por: Luna del Mar Romero Hios
Abril del año 2021 y siguen aumentando las graves consecuencias de un virus que inicio sin saber cómo, en 2019, en un país del continente Asiático. Un virus que a decir de los profesionales de la Organización Mundial de la Salud se trata de un síndrome respiratorio agudo y que en muchos casos puede ser muy grave hasta causar la muerte. Es el famoso Covid 19 (SARS-CoV-2). Un virus cuya fuente es aún desconocida hasta hoy, ha ocasionado la muerte de más de dos millones quinientas mil de personas en todo el mundo. Una cifra verdaderamente alarmante que ha puesto a todas las personas a tener ese miedo a contagiarse, por tal motivo, cada gobierno de cada país, departamento y ciudad ha implementado diversos protocolos de bioseguridad y medidas de aislamiento incluso sometiendo a todos los ciudadanos a un confinamiento total. Un gran cambio para la sociedad especialmente en la parte económica, social y cultural. Un enorme retroceso en las economías mundiales, causando grandes brechas de pobreza y desempleo para muchas familias en todo el mundo. Un cambio que nos obliga a implementar nuevos hábitos ya sea en el estudio, trabajo, pasatiempos y demás.
Transmutaciones en familia por Covid-19
Autor: Luna del Mar Romero Hios
Lugar: Pitalito-Huila
Duración: 09:41 minutos
Fecha de realización: Mayo 2021
Hoy después de más de un año de afrontar esta pandemia en el mundo se siguen buscando las causas que lo originaron, cada vez hay mas inquietudes al respecto. La humanidad espera las respuestas y la urgente necesidad de un retorno a la normalidad en términos e reactivación económica, garantías de salud, convivencia con el medio ambiente, educaciones y relaciones sociales. Al respecto son varias hipótesis que se tejen frente a estos cuestionamientos, una de ellas tiene que ver con las nuevas formas de relacionarse entre sí y con el entorno; allí el termino nueva normalidad se referente al hecho de implementar un nuevo estilo de vida, dejando atrás muchas de las prácticas
sociales, y obligando a la humanidad a incorporar en su estilo de vida aspectos nuevos como manejo de tecnologías, ciencia, investigación innovación y nuevos emprendimientos, entre otros.
Nuestro país, Colombia, no fue la excepción; el 6 de marzo de 2020 se presentó el primer caso de contagio y a partir de allí todo para nosotros cambio. En el en municipio de Pitalito se detectó el primer caso positivo en un adulto mayor de 78 años de sexo femenino, el 2 de abril de 2020, desde entonces se han presentado diariamente casos de contagio hasta llegar hoy a más de 5 mil positivos y 235 personas fallecidas.Pitalito, es la segunda ciudad del Huila en tamaño de habitantes, es considerada centro comercial del Sur del Huila, es tierra de gente amable y emprendedora, aquí llegan personas de todas partes de Colombia.En el Barrio el jardín, vive Clemencia Hios, es mi abuela, una Mujer mayor de edad, quien claramente puede ser símbolo de los efectos que en nuestro municipio ha producido la pandemia en las familias tradicionales. A sus 68 años, mi abuela, a quien todos por cariño y por su solicitud le decimos “mamá” es la matrona de la familia, pues quedo viuda desde muy joven y logró con esfuerzo sacar adelante a sus 11 hijos. Hoy su casa sigue siendo el refugio de hijos, nietos y bisnietos, especialmente durante estos tiempos. Una mujer trabajadora y humilde que siempre está dispuesta a ayudar a su familia. Ella es estricta, a veces fría y fuerte, pero siempre lleva una gran sonrisa y un buen carisma.
Así es ella, mi abuela o madre como le decimos, quien a lo largo de la pandemia abrió sus puertas y amplios espacios a quienes no pudieron afrontar el confinamiento causado
por el virus (covid19), sin embargo, para ella no fue algo nuevo, ya que tener de cerca a su familia es lo que más disfruta y anhela.
Su día a día se basa en ser la primera en levantarse para escuchar su misa diaria y preparar un grato desayuno en compañía de unos de sus nietos.
Antes de la pandemia, mi familia era muy unida, se llevaban a cabo sus costumbres de poder reunirse todos los fines de semana a cocinar juntos y preparar pan y torta en un horno de leña, siempre con una excusa para festejar. Sin embargo, con la llegada de la pandemia, esos momentos no se quedaron atrás, se trató de hacer lo posible para que esa esencia se mantuviera intacta así fuera por medio de un aparato que nos unía virtualmente, claro está que no era lo mismo, pero siempre teníamos toda la actitud y el cariño necesario para hacer de esos momentos aún más significativos y especiales.
Mamá acostumbraba a salir a caminar y dar paseos e ir a su iglesia, siempre compraba ella misma sus cosas, decía que nadie le daba con el chiste, pero con esta pandemia todo le cambio, ahora la misa es por televisión o internet, un medio que aprendió a usar a la fuerza y los mandados los hace el “mono” uno de sus nietos.