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Educación en tiempos de pandemia

Por: Érika Andrea Pérez Sánchez

El enfoque de esta investigación fue conocer los esfuerzos que han tenido que realizar los profesores de educación presencial en Facatativá al verse obligados a implementar la virtualidad en su sistema educativo, qué obstáculos han debido sortear y cómo ha evolucionado su rol docente frente a este nuevo contexto en el que las interacciones se encuentran limitadas y mediadas por la virtualidad.

 

Si bien la educación superior virtual en Colombia ha venido en aumento en la última década y hay una gran oferta de programas virtuales que van desde técnicos hasta posgrados, este fenómeno no se hacía muy evidente en la educación escolar que, si bien podía ir en ese camino, se vio empujada a dar un gran salto hacia esta modalidad virtual dadas las circunstancias de confinamiento por el Covid 19. Este radical cambio tomó por sorpresa a muchos docentes que de manera rápida debieron actuar para cumplir con las demandas de las instituciones, estudiantes y padres de familia, quienes exigían dar continuación a los procesos académicos a pesar de las circunstancias. Así las cosas, se produjo un significativo progreso en las competencias digitales tanto de docentes como alumnos, y se planteó una gran reflexión en torno a la necesidad de repensar los procesos de construcción del conocimiento y la evaluación de este al momento de poder regresar a las aulas.

Título del proyecto: Educación en tiempos de pandemia

Autor: Érika Andrea Pérez Sánchez

Lugar: Facatativá, Cundinamarca

Duración: 10:13 minutos

Fecha de realización: 2020

Teniendo en cuenta que hoy ya ha pasado la cuarentena a la que nos vimos empujados debido al Covid 19, (cuarentena que por cierto no duró como su nombre lo indica 40 días sino un total de 159); el virus sigue rondando entre nosotros, pese a que se levantó el aislamiento social obligatorio debemos seguir implementando las medidas que consideremos necesarias para mantener el virus lejos de nosotros y nuestras familias. Durante los primeros meses de la pandemia, el aislamiento obligó a los colegios a cerrar sus puestas y reinventarse para no interrumpir los procesos académicos de los estudiantes y pese a que hoy muchos sectores han podido retornar al desarrollo normal de sus actividades, el sector educativo en la mayoría de las regiones del país seguirá ejerciendo sus actividades de manera virtual para proteger del riesgo a estudiantes y docentes. A fin de conocer el proceso de adaptación que han debido asumir los profesores durante este tiempo, quise escuchar, ver y acompañar a algunos docentes para conocer de primera mano sus experiencias, retos, aprendizajes y conclusiones que hasta el momento puedan tener respecto a este vertiginoso cambio que han tenido que asumir en su compromiso por continuar de la mejor manera los procesos educativos y ayudar a sus estudiantes para que logren culminar con éxito este año académico.

 

Facatativá Cundinamarca, un municipio mediano cercano a Bogotá, es el hogar de los profesores que abrieron sus puertas para permitirme conocer de cerca estas nuevas dinámicas que ahora hacen parte de su día a día, y que evidencian una radical diferencia respecto a la forma en que solían dictar sus clases de manera presencial.

Una pareja de esposos, Oscar y Lorena profesores de educación física e inglés, respectivamente, viven en un barrio de Facatativá que se ubica en el Área funcional Periferia Urbana, llamado Chicó II, y es desde luego el lugar desde el cual imparten actualmente sus clases.

Oscar me permitió conocer la habitación que destinó en el tercer piso de su casa exclusivamente para dictar las clases de educación física. Al entrar a ese lugar me resultó inevitable notar el amor que puso en uno de los muros, en el cual colocó algunas impresiones relacionadas con el deporte y un pequeño mensaje que dice “Bienvenidos”. Pude notar que el resto de la habitación está vacía, y al pasar algo de tiempo entendí que es porque necesita espacio para enseñar los ejercicios y entrenar junto a sus estudiantes, pues como pude evidenciar, no le gusta estar inactivo, sino que quiere ser ejemplo y le gusta que los alumnos se sientan acompañados por él en cada actividad, no solo de manera pasiva como observador (lo cual hace cuando es necesario), sino ejercitándose igual que ellos y con buena energía, como solía hacer durante los entrenamientos presenciales en el colegio.

Oscar me contó que las dinámicas en sus clases han cambiado, aunque siempre ha sido un profesor de los más queridos y con una asignatura que genera interés en sus estudiantes, reconoce que, tras adoptar la virtualidad debido a las circunstancias, cambio un poco su modelo y ahora procura involucrar mucho más a sus alumnos, delegándole a uno por clase la responsabilidad de planear un reto divertido y por supuesto deportivo que todos deban realizar la próxima vez que se reúnan. Esta estrategia que puede parecer simple le ha brindado grandes resultados, ya que es de los pocos profesores que no han reportado desinterés de los chicos a conectarse y participar durante las actividades que programa.

Por su parte, la profesora Lorena, dicta sus clases desde el comedor ubicado en el segundo piso de la casa. Ella es una persona de las más alegres que sabe sin lugar a duda como hacer divertida una clase de ingles. No puedo evitar reírme cuando escucho como bromea con sus estudiantes y entre risas les enseña cosas de manera improvisada pero que aportan a su vocabulario o la correcta estructuración de frases en la lengua extranjera.

Incluso, aunque no es fácil el tema de la virtualidad, sus estudiantes se ven animados a participar y más aún cuando deben realizar actividades que requieran de su participación, Lorena procura crear momentos de clases recreativas para los niños pequeños, ya que son estudiantes llenos de energía por su edad, así que le funciona para ayudarlos a hacer este proceso más fácil, mantener su atención e incentivar su aprendizaje; el buscar la manera de hacer que se muevan, haciendo que busquen objetos, exploren en sus hogares, y jueguen con su entorno. Esto último era algo que antes no tenía muy presente, pues en las aulas el comportamiento de los estudiantes era un poco más pasivo y así mismo sus clases eran más teóricas, pero dado a que en sus hogares demuestran mayor dispersión, ha implementado juego como los anteriormente descritos y es evidente que los alumnos muestran mucho interés, y aprenden mientras se divierten un poco.

 

Por último, no muy lejos del hogar de Oscar y Lorena, en un conjunto residencial llamado Portofino vive Fernanda, profesora de castellano, quien de manera muy cordial me permitió estar presente durante algunas de sus clases. Lo primero que noté, es que Fernanda desborda creatividad, y se esfuerza por despertar el interés de sus estudiantes en la materia a través de proyectos manuales que involucren los temas que imparte en sus clases. Fernanda dice que los estudiantes de los cursos de 7 en adelante no siempre muestran disposición para las clases; y pude comprobarlo, pues se nota que para ellos no es divertido ni placentero estar frente a una pantalla, y es entendible, ya que los temas de estos cursos tienen que ver más con, historia de la literatura y gramática, temas que dice Fernanda que son difíciles de convertir en actividades didácticas. He podido presenciar como en algunas ocasiones, mientras hace el llamado a los estudiantes para presentar sus tareas, estos responden de manera negativa y en algunos casos desinteresada. También algunos estudiantes inventan excusas para no presentarse a las clases virtuales, e incluso dicen que por falta de internet o de luz no se enteraron que debían hacer o entregar cualquier actividad.

Los niños pequeños son más receptivos en las clases que los mayores, a pequeños de grados como 4, 5 y 6 les entusiasma mucho encontrarse virtualmente con sus compañeros, y esta constituye una gran motivación a conectarse durante las clases.

Han ocurrido situaciones especiales con algunos estudiantes, que ya que sus papás no pueden estar en casa todo el día, optan por enviarlos con los abuelos, sus familiares que en algunos casos están en el campo, donde la conexión a internet es muy complicada, o familiares que no tiene el tiempo de estar atentos a las actividades de los estudiantes, sin embargo los docentes se han esforzado en buscar la forma de darle una solución oportuna a todos y han hecho cosas como crear videos que los estudiantes puedan consultar en cualquier momento, e incluso hacer clases por llamada con los chicos que están en el campo de manera simultánea con las clases por zoom, para que ellos no pierdan la oportunidad de escuchar y participar en tiempo real.

Soy testigo de que buscan siempre soluciones, para que ningún alumno se pierda el proceso de aprendizaje, un reto grande tanto para los estudiantes, como para los docentes.

© 2021 Curso Antropología Visual - Docente Uliana Molano - Universidad Nacional Abierta y a Distancia UNAD

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