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Tradición obsoleta

Desde la colonización, Colombia ha sido un país al que se le han impuesto culturas y tradiciones diferentes, sus cambios han sido tales que nuestra comida tradicional logró rescatar aspectos similares a la cocina española, sin embargo, creó tal sabor, que su caracterización en el mundo se hizo única e inigualable. A partir de allí, y de la producción alimenticia natural, nació un sinnúmero de platos típicos que hacen reconocer a Colombia como uno de los mejores países en gastronomía. Actualmente, estas tradiciones se han ido mezclando con las de otros países, con el propósito de mejorar la alimentación y proveer una mejor reflexión sobre la manera de actuar del cuerpo. Este cambio de alimentación ha obligado a los colombianos a modificar los hábitos alimenticios en la búsqueda del bienestar y cuidado del organismo, sin dejar de reconocer los platos típicos de nuestra cultura.

Los colombianos siempre hemos preferido comida de nuestra tierrita, los placeres que esta le genera al paladar son deliciosamente imprescindibles para nuestra cultura, brindando un sinfín de variedades con las que nos chupamos los dedos.  Al paso de los años nuestros hábitos se han ido moldeando y hemos ido intercambiando gustos culinarios con el mundo, creando miles de recetas con sabores de todos los colores.

Titulo:              tradición obsoleta

Producción:    Sharon Delgado

Año:                 2017

Duración:        10: 30 min.

Lugar:              Bogotá, Colombia

Con el avance de la tecnología, la sociedad ha empezado a suprimir diferentes hábitos que le hacían daño a la salud, por esta razón actualmente pensamos un poco más la forma en la que actúa nuestro cuerpo y dejamos un poco de lado la comida que nuestros abuelos nos heredaron (papa, yuca, plátano, comida de tierra), pensando las consecuencias que tiene para nuestro cuerpo y lo que llegaría a causar en nuestro organismo.

Pero nuestros abuelos o padres no piensan de esta manera, muchas veces se preguntan ¿Cómo logran acoplarse a este estilo de comida si la carne y las harinas son tan ricas? Y continúan con una tradición que solo se rompe por voluntad propia. Los gustos culinarios han sido tales que nuestro punto de vista objetivo ha logrado implementar comida rica y saludable (dietética o slow food) que se vea al alcance de todas las generaciones y logre la atención de nuestros abuelos y padres.

Todo comienza en el restaurante “La Huerta”, el cual se encuentra ubicado por la calle octava sur en ciudad montes. La idea del lugar nació de un proyecto de cocina saludable, que impactara a la comunidad del sector, dentro de un marco que las personas quisieran y se animaran a comerla. La comida de este establecimiento es preparada con alimentos de la tierra, como frutas y verduras, además de proteínas indispensables para el cuerpo, para fines dietéticos y nutricionales, que ayudan a que el organismo funcione. Los alimentos vienen de mercados colombianos (cuya exportación tiene un alto control de calidad), a excepción de las proteínas que son importadas de Estados Unidos. Estos alimentos no traen ningún tipo de químico, por lo tanto, no son transgénicos, sin embargo, no son 100% orgánicos debido a sus altos precios y niveles de calidad.

Para todos es muy claro que la cultura tradicional colombiana se está perdiendo porque la gente la quiere mas no la promueve, por lo que los alimentos saludables están empezando llevarse la atención del público colombiano logrando cambiar sus hábitos alimenticios. Nos encontramos en una era donde todos se están cuidando y nos estamos dando cuenta que las grasas no son buenas para el organismo, aunque no ignoremos las delicias colombianas. Es por ello que se ha ido implementando una conciencia singular en el cuerpo, dándonos cuenta de que antes comíamos porque nos parecía rico, en ese tiempo veíamos platos llenos, en donde si no lo veíamos así, no nos sentíamos satisfechos.

El pensamiento de las personas colombianas ha sufrido una gran metamorfosis, donde la globalización y las culturas que han ido llegando nos han impuesto culturas de reflexión en donde la comida no es para llenarse sino para alimentarse. Sin embargo, este cambio cultural se ha vuelto muy difícil para nuestros abuelos y padres, porque muchas veces nos educan prefiriendo platos llenos de harinas y carne, que no ayudan a implementar los hábitos saludables. Más que todo jóvenes y niños son los que cambian la forma de ver la alimentación, gracias a ellos los cambios culturales nutricionales han ido en aumento, influenciando hábitos y tradiciones, que se están renovando por aspectos ajenos a la cotidianidad colombiana.

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