El sancocho de gallina
Ginebra es un municipio que está a 61 km de Cali; es popular a nivel nacional e internacional por el Festival del Mono Núñez, el cultivo de la uva isabella y el sancocho de gallina cocinado en fogón de leña. Recorrer el Valle del Cauca es un placer: vías amplias y en buen estado, hermosos paisajes llenos de vegetación, enormes árboles a cada lado de la carretera unen sus copas formando un pabellón fascinante. En todas direcciones se ven extensos cultivos de caña de azúcar.
Gran parte de los cultivos de caña que se extienden en el Valle, son usados para la producción de biocombustible, situación que tiene que ver directamente con la soberanía y seguridad alimentarias ya que aunque tiene ventajas sobre el empleo de combustibles fósiles en cuanto a contaminación, diversidad en generación de energías y aprovechamiento de subproductos entre otras, también tiene sus desventajas. En teoría, la producción de biocombustibles debe darse cuando se excede la producción alimentaria de la población, y trae ventajas como la reactivación de la economía rural, generación de empleo, diversificación de mercados y exportación de productos agroindustriales.
Título: El sancocho de gallina
Realizador: María Teresa Peña
Duración: 12:50
Lugar: Ginebra, Valle del Cauca
Año: 2018
Entre las desventajas del negocio del biocombustible están el latifundismo y el monocultivismo que traen grandes problemas sociales como escasez de alimento, carestía, desplazamiento de alimentos, homogeneización de la dieta alimentaria de la población, pérdida de la identidad gastronómica y cultural entre otros. En nuestro país los cultivos para producción de biocombustible, contrastan con problemáticas de malnutrición, escasez de alimentos y agua en numerosas regiones del territorio nacional.
La soberanía y seguridad alimentaria de nuestro país está en peligro debido a numerosos factores como la globalización, la industrialización, las políticas que tienen que ver con el agro y la economía y a cambios sociales y culturales que nos han obligado a cambiar nuestros hábitos alimenticios, nuestra dieta y nuestros gustos gastronómicos.
“La soberanía alimentaria es el Derecho de los pueblos, de sus Países o Uniones de Estados a definir su política agraria y alimentaria, sin dumping frente a países terceros. El derecho de los campesinos a producir alimentos y el derecho de los consumidores a poder decidir lo que quieren consumir y, cómo y quién lo produce”. Concepto introducido en 1996 por Vía Campesina en Roma, con motivo de la Cumbre Mundial de la Alimentación de la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
El actual modelo agroindustrial beneficia a unos pocos en perjuicio del medio ambiente, de la diversidad de cultivos, del bienestar social, de identidad cultural de los pueblos, del derecho a elegir lo que queremos comer dentro de una amplia variedad de productos propios, en otras palabras el modelo actual viola nuestra soberanía alimentaria.
Seguridad alimentaria es que todas las personas tengan en todo momento acceso físico y económico a alimentos suficientes, sanos y nutritivos que satisfagan sus necesidades y preferencias para llevar una vida sana y activa. Va dirigida principalmente a la población rural, sin embargo, se busca un enfoque territorial en donde se conjugue lo rural y lo urbano para cubrir las necesidades de ambos bajo un esquema de producción sostenible. Para ello es necesario que trabajar en 4 dimensiones:
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Disponibilidad: se refiere a la oferta de alimentos, a su producción y comercio
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Acceso a los alimentos: se refiere específicamente a los alimentos en la mesa de los colombianos, sujeto a las políticas de producción y mercados locales a precios accesibles
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Utilización: Busca crear una cultura de alimentación saludable con preferencia por ingredientes frescos, locales y en cosecha
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Estabilidad: transversal a las anteriores, habla de asegurar el acceso a los alimentos de manera periódica sin importar clima, política, factores económicos, etc.
(Rafael Zavala. Representante De FAO en Colombia con aportes de Gustavo Gordillo y Alfredo Brugés. 2014. www.semana Semana sostenible. Recuperado de https://goo.gl/nXch9p )
Nuestro país perdió su soberanía y su seguridad alimentaria desde hace ya varias décadas, para la muestra un botón: “En 1991 comprábamos en el exterior 700 mil toneladas de productos agropecuarios; en 2001, 7 millones de toneladas; en 2014, 10,3 millones de toneladas, y 2015 debió cerrar en unos 12 millones de toneladas. Colombia aumentó entre 1990 y 2014 la producción local de alimentos en 67%; mientras sus importaciones alimenticias se dispararon en 1570%. Hoy importamos cerca del 30% de los alimentos que consumimos, y somos, con Venezuela y Surinam, uno de los únicos tres países suramericanos importadores netos de alimentos.” (Sardi, Emilio, Elpaís.com 2016 Columna de opinión. Recuperado de: https://goo.gl/hVGiVS )