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En olla de barro

Cerámica tradicional Tuate Belen Boyaca.

Por:

William Ferney Estupiñan Fernández

Las tradiciones culinarias, se conservan en la memoria, la trasmisión de recetas, alimentos  e identidades de las comidas en sus diversas regiones prevalece; aunque se modifiquen ciertos ingredientes, aunque se cambie la estufa, aunque se industrialice la cocina para gran cantidad  de comensales; sus nombres tradicionales prevalecen como insignia de su sabor. Estrategia que se ve en los restaurantes para llamar al cliente. Sin embargo ese sabor inigualable que todos alguna vez llamamos “el sazón de la abuela”  se recuerda en la memoria de los paladares de quien la alcanzaron a probar. Aquella manera de cocinar involucraba más que el amor con que se hacía. Según las abuelas de los campos Belemitas, había un utensilio artesanal que les ayudaba, el cual de acá mismo, de lo profundo de sus montañas se creaba; estas eran las ollas de barro.

Titulo:              En Olla de barro

Producción:    William Ferney Estupiñan

Año:                 2017

Duración:        00:19:34

Lugar:              Belén, Boyacá

La particularidad del sabor tradicional que ellas daban se le atribuía  a la destreza de quien preparaba los alimentos y sus recetas y no a los utensilios que se utilizaban, aunque de cierta manera era la conjugación de estos dos quien daba tan peculiares resultados de sabor; su comparación se hizo visible con la modernidad, al remplazar los utensilios de la cocina por unos más industrializados. El aluminio y el plástico con la versatilidad y resistencia que mostraba a comparación de la fragilidad de la cerámica, fue absorbiendo ese lugar en las cocinas y el sabor de las comidas, es por esto que se conservan creencias en la diferenciación de la forma como con las ollas de barro mantienen el sabor de los alimentos. Sus conocedoras afirman que en ollas de aluminio el sabor no es el mismo, no conserva los alimentos, y los arrebata; cambiando lo que llamamos “el sazón de la abuela”.  
 

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