Les confieso que esta señora es mi abuelita y ahora tiempo después sigue tejiendo, pero ahora con más experiencia haciendo unos lindos gorros, sacos y bufandas, los cuales le encanta regalar a hijos y nietos. 
Hoy en día teje y vende para ayudar a su familia con un sustento extra, el cual les sirve de mucho ya sea para mercado, internet o servicios. 
Hoy llegue a casa de mi abuelita y le pregunte ¿qué porque hacia tejidos? ¿que si le apasionaba hacerlos? O simplemente ¿porque lo hacía? Fueron algunas de las preguntas que nunca se me ocurrió decirle, pero la veía tan alegre tejiendo que ya con mi edad podría preguntárselas concretamente; A lo cual ella me respondió:  
-Me encanta el tejido porque lo aprendí de su bisabuela y de su abuela, y porque desde muy pequeña era unos de sus hobbies. Me encanta el tejido en dos agujas y en croché, me encanta que mis hijos y mis nietos se coloquen lo que yo les tejo, porque los sacos y bufandas son calienticos y calienticas para este frio se Sibaté. 
Así tal cual como está escrito en el anterior párrafo, fue como la señora Dora nos respondió este cuestionario de preguntas. 
Le pedí a mi abuelita que me enseñara a tejer tal cual como ella lo hace, en lo cual en ese momento cuando me estaba dando la teoría y al mismo tiempo la practica me pude dar cuenta que no era tan sencillo como se veía, había que tener demasiada paciencia al momento hacer las puntadas porque son muchas las que hay que realizar para hacer unos buenos tejidos. 
Mi abuelita lleva más de 50 años tejiendo, y no ha dejado de hacerlo y sobre todo de amar lo que hace, fuera de que ella trabajaba a parte tejía en las noches y en sus ratos libres o charlas con sus hermanas. 
Hoy entre a la casa de ella y me pude dar cuenta que ya tenía preparados tres hermosos gorros de diferentes tonalidades, hay uno café, uno verde y por ultimo morado, los cuales ya los tiene terminados para regalárselos a final de mes a sus queridos nietos. 
Ella me explico que para cada tejido tiene que tener unas agujas diferentes y saber combinar los colores de las lanas. Cada aguja tiene diferente numero para tejer diferentes puntadas. 
Hoy entrado más a fondo en la conversación, mi abuelita me confiesa que ella se pone una meta de tal hora y tal fecha para terminar el tejido que esté haciendo, siempre se sienta en un sitio especifico donde le entre mucha luz para que así no se le desgasten la visión ocular. 
Lo que yo siento es ni mi familia ni yo no hemos aprendido bien el tejido, por eso mismo a ella cada vez que nos regala o nos comparte sus tejidos le agradecemos con mucho amor, ya que no sabremos cuando será su última puntada. 
El testimonio de la señora Dora más conocida como mi abuelita todo el mundo la recordara en el pueblo, como la abuelita que en sus tiempos libres tejía prendas para el frio y las daba con mucho amor para sus familiares y para sus amigos y demás conocidos las vendía a precios económicos.

​

Juan Sebastian Garcia Infante

Artes Visuales

2019