Volar Sobre ruedas
Silvia Orozco
Ellos y ellas, a cuatro o dos ruedas, andando con los pensamientos sueltos de lo que les preocupa y ejecutando aquello que les lava la preocupación, ¿Qué hace a los skates y bikers grupos tan definidos? ¿Cuáles son sus dinámicas culturales?
Autor: Silvia Orozco
Título: Volar Sobre ruedas
Lugar de realización: Medellín - Antioquia
Año: 2021
En la ciudad de Medellín existen hermandades de jóvenes, generalmente, en torno a los deportes de riesgo como son el skate, roller y el bmx, cada uno tiene diferentes vertientes, pero en definitiva se convierten en una misma pasión para quienes los practican. Los espacios o pies ya no son tan reducidos como antes, por lo que ya no se les observa a estos jóvenes “rodar” tan a menudo por la ciudad en lugares de los cuales pueden ser juzgados o expulsados con el argumento de que dañan fachadas, hacen ruidos y consumen drogas. Se habla de falencias estructurales a nivel arquitectónico en estos lugares, pero aun así resultan en puntos de encuentro para personas ávidas de sentir algo diferente a la monotonía del día a día y alejarse de esa realidad que los agobia.
Caminando para tomar fotografías a los alrederores del estadio observo a Yeison, quien ahora prefiere que le diga Gosimp (lo que descompone en Gho – el inicio de la palabra fantasma en inglés, e “imposible” – porque dice que da todo por una chica que no lo quiere, es decir, imposible). Llama mi atención su particular cabello en dreds rosados, su porte alto y afrodescendiente montando patineta y haciendo la misma pirueta una y otra vez buscando perfeccionarla. Me acerco y de repente veo que sus dientes inferiores son dorados y que su vestimenta lo describe como un amante del rap, de lo que más adelante hablaré.
En el mismo lugar veo a dos chicos arreglando una bicicleta Mikael y Víctor. Ambos venezolanos y aficionados al BMX. Sus ropas anchas al igual que Ghosimp. La dedicación de Mikael para arreglar su bici me es interesante, y por ello le pido inicialmente que me permita captar ese momento íntimo entre él y el caballito de plata que lo pone a volar entre rampas y muros. Victor más tímido, tiene un tatuaje con su fecha de nacimiento en los nudillos; más tímido que Mikael, me permite hacerle algunas tomas. La conversación no trasciende a mucho en este primer encuentro. Ahora sé que el pie del estadio no está aislado, esta comunidad está dispersa en la ciudad, debo visitar los otros sitios.
Mi metodología cambia a partir de mi visita a la 4 sur; ya no quiero ser tan evidente por ahora, como con Mikael, Victor y Ghosimp en el estadio, porque hay una suerte de entusiasmo para que les haga videos y fotos. A ellos les digo que vamos a otros escenarios, pero a Alejandra y a Manuela simplemente les digo que estaré allá x o tal día, y que posiblemente nos encontremos, que me reconocen por una cámara y conversaremos mientras tomo imágenes del lugar. Observar a Manuela sin ser vista inicialmente me lleva a sacarle más provecho para conocer su contexto. Me permite esto ver cómo llegan, cuando llegan, con quien se encuentran y puedo estar en mi observación hasta que me vean con naturalidad. Pero al final, Manuela ya no está en mis fotos, se fue de aventura a Ecuador, por eso dejo solo unos cuantos recuerdos de su paso por mi historia. Fue una fortuna encontrar una chica skater: Daniela, con su cabello rojizo y con la misma delicadeza para afrontar los riesgos de este deporte, accedió a conversar conmigo.
Manuela y Alejandra, dos afiebradas por la bici. Delicadas, talentosas, y con la misma perseverancia de los otros chicos al realizar un truco una y otra vez hasta que lo logran. Con Alejandra únicamente hablo por whatsapp, por ahora, resultado de un contacto por Facebook con un chico que vende ropa de moda para estos deportes. A través de Alejandra llego a Manuela; ella con su pelo rosado y morado, pantalones rosados y unas pestañas muy arregladas que se distinguen a contraluz, estaba sentada junto a su bici vendiendo medias de figuritas a las chicas que estaban alrededor. Los amigos pasan a saludar casualmente y se sientan de tanto en tanto para conversar. Aquel le ofrece un porro, ella fuma y el humo sale velozmente, otra le muestra las joyas que vende, otro pasa a tomar agua; luego, Manuela se sube a su bici a alzarse más alto de lo que el porro puede levantarla.
![]() | ![]() Fotos de Autoría propia | ![]() |
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En la 4 sur y en cualquiera de estos sitios el ambiente es siempre de reto, de amistad, de camaradería. Todos se abren espacio y evitan chocarse unos con otros, porque, a pesar de que el espacio es amplio, son tantos y tantas en algunos momentos, que deben hacer estrategia cada vez que se tiran a montar. Aquí, lugar en el que me encuentro, hay cigarrillos, cerveza, vino, marihuana, pero todos en su cuento, tratando de sacarse un truco y apoyándose entre todos cada vez que alguien lo logra o cada vez que alguien se cae; los aplausos y silbidos de celebración, nunca faltan. No puedo dejar de mencionar a las chicas en patines que se cruzaron en el camino del bmx y el skate…son velocísimas y van de un lado a otro en fila india, mientras que otra chica le enseña a un amigo a hacer una pirueta básica (dentro de lo que logro comprender hasta ahora). Se vende de todo, desde botones, calcomanías, cervezas, hasta postres y joyitas para todos los gustos. Observo también personas que sobrepasan los 30 años a lo sumo, con una concentración mayor y en todos los casos son hombres que patinan solos.
Por otro lado, están los espectadores. El parque ha sido ampliado en la parte externa con zonas verdes donde se arman fiestas, picnics y momentos de relajo. A veces las personas suben a comer mientras miran el espectáculo que ofrecen los deportistas. Otros se mantienen abajo, la cerveza, el cigarro y la marihuana tampoco están ausentes allí.
Deportes como el BMX y el skate, hacen que en esos sitios todas las personas sean iguales, sin prejuicios. La competencia no existe, porque existe la camaradería y las ganas de superar sus propias marcas. En Medellín los espacios arquitectónicos destinados para estos deportes están siempre a reventar y por lo observado, este ambiente va para largo, porque cada vez nuevas promesas de la bici y la tabla se forman para continuar el legado.