Juntas de Acción Comunal, Pasado y Presente del Accionar Comunal.
Yuliana Bustamante Rodríguez
Podría decir que recuperar una identidad comunal debe ser vista desde diferentes visiones, voces, sentimientos, decepciones, logros y un sin número de aspectos que validan esa gestión comunitaria y sus procesos sociales de beneficio comunal que va en busca de mejorar la calidad de vida de la humanidad habitante de un territorio ya sea rural o urbano, tener una mirada del país y traerla a mi realidad territorial es realmente complejo, en el sentido de conectarnos profundamente con realidades en el contexto comunitario y de lucha social amenazante, pienso además en la participación comunitaria como una apuesta clara que permite mantener una juntanza y arraigo por el territorio.
Autor: Yuliana Bustamante Rodrìguez
Título: Juntas de Acción Comunal, pasado y presente del accionar comunal.
Lugar de realización: Zona rural Campesina-Vereda Platanito, Barbosa-Ant.-Colombia
Año: 2021
Sus olores, sus sabores, sus caminos ancestrales, enrielados y canelones, sus liderazgo de mujeres y hombres con una vocación innata por el servicio comunal, recorrer el camino y saber el recorrido ancestral que tuvo desde las gestiones comunitarias del convite, que lograba sacar adelante todo proyecto en la vereda; reconocer esas identidades profundas del liderazgo comunitario y su base social permite comprender sus potencialidades y amenazas internas y externas que se presentan en los procesos comunitarios en una junta de acción comunal, caso específico el de la vereda Platanito (Barbosa-Ant.).
Varios recorridos realizados durante este proceso de investigación etnográfica para redescubrir mi territorio, realmente me ha llevado a tener un sentimiento profundo y nostálgico, con interés activo por la indagación, por la observación y por las mirar sociales y las voces comunitarias que me presenta el paisaje veredal, por las voces en mi vos; recorrer la vereda y llegar hasta los vestigios de antiguos trapiches paneleros de la vereda como fuentes de empleo y de economía solidaria que se tejían entorno a la molienda, reconocer además las raíces ancestrales que allí se encuentran como las construcciones de los bisabuelos José María Bustamante con su trapiche y Carlos Enrique Ruiz también con su trapiche manejado con una gran rueda hidráulica de madera que movida por el agua de la quebrada generaba el funcionamiento de la misma, cuenta mi papa además, que ese trapiche era una atracción en la vereda por lo novedoso en la época, ya en este presente, se modifica y se viene realizando el desmonte del antiguo trapiche para nuevas construcciones y modificaciones del territorio desde la manera de habitarlo y producirlo.
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Es por ello que el reconocimiento del territorio desde la observación y el relato me ha permitido ir mucho más haya de reconocer esas primeras poblaciones que iniciaron el tejido desde la participación comunitaria y sus procesos identitarios que brindaron en un recorrido amplio en busca de un desarrollo comunitario igualitario de visión colectiva, habitar hoy en día la ruralidad campesina en sinónimo de una nueva ruralidad, asociada a las nuevas formas de habitar un territorio, nuevas personas que no se encuentran involucradas en el tejido social por diversas situaciones de la humanidad, y es aquí en este punto donde la identidad de un territorio se desdibuja por que los niveles de la participación se ven afectados para retomar y accionar desde el organismo comunal. La pérdida de la identidad comunitaria y los procesos sociales en la vereda también se ven gravemente afectados por cuestiones de amiguismos políticos, dividiendo las bases comunitarias de la organización comunal; si bien, me cuestiona observa la fragmentación de lo comunitario también abre una puerta al desequilibrio y fragilidad en el territorio con el cambio en la geografía del paisaje, como la montaña donde se generaban encuentros de esparcimiento comunitario, la derriban con fines extractivistas, generando cambios irreversibles en la misma geografía física, generando cambios en la misma participación comunitaria, como la modificación del rio y la quebrada hacen que la vocación del suelo también cambie con fines extractivistas y todo esto lo menciono, porque a raíz de megaproyectos que cambian la vereda, las voces en los liderazgo se apagan o se olvidan por los miedos existentes a perder la vida.
La participación comunitaria además debe partir desde pensamientos solidarios por la tierra que a su vez en nuestro cuerpo, por el agua que a su vez en nuestra sangre, por aire que se ve afectado por la deforestación y que a su vez en mi aliento, la participación comunitaria en la vereda se percibe triste, aunque no muerta, requiere de una labranza profunda por redescubrir el territorio que se habita y que inspira a continuar por una juntaza consciente y resiliente por la organización de base comunal. Recorrer los caminos de la vereda y llegar hasta el Centro Educativo Rural Platanito, realmente es de un sentimiento profundo y grato con sus más ciento diez (110) años de historia enseñando esa educación rural tan necesaria y pertinente en el territorio, es también redescubrir una historia guardada y no contada, que da precisamente con proceso comunitarios para su construcción y el dinamismo educativo en la vereda desde este escenario.
Los recorridos realizados me permiten comprender varios aspectos sobre la permanencia en el territorio, uno de ellos son las raíces de descendencias y construcciones antiguas que guardan una memoria viva para contar, y es desde ese diálogo, la escucha y el contarnos, ayuda a seguir construyendo y tejiendo una construcción comunitaria por una permanencia y resiliencia en la vereda platanito, desde los procesos de gestión comunitaria pensada desde las diversidades ambientales, sociales, comunitarias y soluciones básicas para mejoras en la calidad de vida de toda la comunidad en general; el agua como eje articulador de procesos comunitarios en la vereda en uno de los ejes fundamentales del trabajo comunitario, ya que autogestionar el agua aun siendo de una competencia estatal que incumple con su deber legislativo, no impide a las comunidades no solo a platanito y si no muchas más, a seguir construyendo desde los procesos comentarios por una permanencia en los territorios.