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Cultura artesana

En el centro del comercio de la ciudad de Valledupar - Cesar la ‘Capital mundial del Vallenato’ se encuentra un pasaje cultural llamado ‘Calle Grande’, en este lugar se hallan artesanías, desde hamacas, mantas, mochilas, sombreros Wayúu, sombrero vueltiao, cerámica, collares, aretes y todo tipo de artículos que no solo son hermosos visualmente si no que la mayoría de ellos contienen un significado y una historia.

Autor: Mónica Restrepo Pinto

Título: Cultura Artesana

Lugar de realización: ‘Calle Grande’ - Valledupar 

Año: 2021

Desde la primera vez que entré a este lugar, quedé encantada con su magia y todo lo que tiene para ofrecer, sus murales, sus piezas artesanales y la atención de los comerciantes, es como si en ese espacio se rememorara la vieja Valledupar y se representara nuestra cultura con cada una de las piezas que se ofrecen allí, por eso es triste saber que este magnífico lugar pasa la mayor parte de su tiempo sin recibir muchos visitantes a los cuales poder asombrar, esas ocasiones quedaron reservadas a las festividades que se celebran en la ciudad, a pesar de esto el ambiente no es pesado, al contrario, es inspirador y acogedor sumándole el hecho de que de vez en cuando se puede escuchar la melodía de un acordeón sonando en las manos de un artesano.

Sucede entonces que conozco a Yorwis, un chico que viene de una familia que trabaja y comercializa las mochilas y los sombreros vueltiao. Una tarde me dirijo a su puesto y habiendo conversado en días anteriores con él, esta vez, sin vacilación, empieza a mostrarme sus sombreros y me cuenta tantas cosas que desconocía sobre ellos, cuando entonces me surge una pregunta, ¿por qué no apoyamos más lo nuestro? y la respuesta es que conocemos muy poco de aquello que nos representa, en la actualidad luce más comprar una gorra con el logo de Nike que un sombrero vueltiao dejándole la compra de ese arte a los turistas, sin ser conscientes que todas estas transformaciones pueden afectar nuestra cultura, tampoco pretendo que todos estemos con un sombrero y una mochila para arriba y abajo, pero visitar este tipo de lugares y hablar con las personas que atienden allí, ya sería un buen avance, no obstante es aún más notable el hecho de que los artesanos/comerciantes que trabajan ahí encuentran día a día razones para continuar creando con sus manos, ¿el motivo?, disfrutan lo que hacen y fui testigo de eso, cuando con tanto conocimiento, Yorwis me cuenta un poco de la historia de los sombreros vueltiao como lo mencioné anteriormente: Todo empieza con la Palma de caña flecha, la cual es preparada; recolectándola, raspándola y dejándola secar al sol, para luego poder ser manipulada por los artesanos. Este personaje me cuenta que el sombrero que inició todo, es el tradicional de dos colores: marrón/negro y beige, con pega (la unión del tejido) y luego se le fueron añadiendo más vueltas, colores y patrones.

Una de las características que me impresiona más, es el hecho de que la caña flecha sea tan flexible, hasta el punto que se puede seguir manipulando una vez armado el sombrero por ejemplo, se puede modificar la caída del ala o hacer la cavidad de la cabeza más grande o más pequeña. Estos sombreros tienen también una forma especial para guardarlos y así proteger su horma y evitar que la fibra se quiebre, a continuación muestro un ejemplo de cómo se debe hacer según Yorwis:

También conocí a Jean Carlos, el hace las cuerdas y pompones como complemento para las mochilas lo cual puede parecer sencillo pero como todo, tiene su técnica y para completar, me explica que el mismo aprendió hacerlo, observando constantemente a sus mayores, hasta que un día consiguió el hilo Wayúu (que es el material que utiliza) y comenzó a experimentar. En medio de una conversación, muy divertida puedo decir, me mostró como lo hace: primero mide el largo del hilo y para esto utiliza la punta de sus pies y los dedos de su mano estirada, como medida de referencia y una vez decidida la longitud procede a envolver el hilo sobre sí mismo varias veces para luego cortarlo, entonces con sus manos empieza a torcerlo apoyándose en su pierna para tener una mayor fricción y lograr así que quede lo más compactado posible.

Estos personajes son un ejemplo de lo que se puede encontrar en este pasaje, personas que les apasiona lo que hacen o bien, lo que venden porque también hay casos en lo que solo se dedican a comerciar las artesanías, sin embargo, no se limitan a solo vender como si se tratara de una multinacional que fabrica productos en masa con el único fin de alimentar el consumismo, no, en este espacio los que no crean con las manos, crean con la mente, al tener los conocimientos de cómo fueron elaboradas las piezas rememoran su trascendencia, desde el momento que fue solo una materia prima hasta que la obra es finalizada.

Concluyo con lo que considero es lo que caracteriza a esta comunidad de artesanos: su amor y dedicación por lo que hacen/venden y la cooperación que existe entre ellos, yo misma lo contemplo cada vez que visito Calle Grande, en la forma en que me muestran sus productos con paciencia, me enseñan los procesos y responden a mis preguntas; estas son las cualidades que identifican a esta comunidad artesanal, y lo que hace que una ida planeada a 10 minutos, se extienda por al menos dos horas.

 © 2021 Creado por Uliana Molano y estudiantes del curso Antropología Visual con Wix.com

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