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Arte urbano y protesta social

Daniel Andrés Carreño 

En los últimos años en Colombia se han movilizado en masas multitudes a favor de un cambio estas no se han hecho esperar, incluso en tiempos de cuarentena por pandemia se han congregado miles de personas para unirse en una voz que llegase a las instancias del más alto mando de poder en la republica. En estas, las expresiones culturales se han sabido involucrar, demostrando creatividad y eficacia a la hora de actuar en tarimas y muros improvisados, con el accionar colectivo de insurgentes que se unen al clamor con la esperanza de dejar entre las atrocidades gubernamentales un mensaje de conciencia y un llamado a los que no están y esperan que todo pueda cambiar mientras la lucha o la protesta intensifica los llamados de atención para que las personas se unan al montón.

Autor: Daniel Andrés Carreño

Título: Lo dicen en muros

Lugar de realización: Bogotá

Año: 2021

A finales del 2020 la situación económica no daba razón de como se debía vivir en el proceso de una pandemia que amedrento a los más rebuscados y guerreros que hasta los hizo encerrarse en sus casas sin tener como vivir el día a día, es aquí donde aparece por primera vez la unidad colectiva y por medio del silencio ensordecedor que se ondea en un pañuelo rojo. La situación no se hizo esperar y sobre el segundo trimestre del 2021 el gobierno propone una estrategia para recaudar dinero elevando los impuestos, por supuesto esto reboto a las personas de diferentes estratos sociales, los cuales no permitirían el abuso. ¿Cómo pretenden que mantengamos la canasta básica familiar? ¿se puede vivir pagando más en plena crisis económica? ¿Dónde esta el apoyo del estado para las familias que cuentan con el ingreso de una sola persona? ¿Quién da las ordenes? ¿…?

El sentimiento de angustia e injusticia se tomo las principales ciudades del país y en Bogotá el pacto por la equidad y equilibrio social se iba a solventar por medio de la cultura, cantos, ritmos, colores, pintura, frases, pancartas al unísono por el cambio y el llamado de atención al mundo entero en búsqueda de frenar las mutilaciones que se le hacen al pueblo de Colombia.

Sector de las aguas, uno de los principales puntos de intercambio cultural de Bogotá (Ilustración 1)  , en donde también se reúnen distintos personajes que interfieren contra la injusticia social, algunos abordándola desde el desprecio a la injusticia; en la actualidad se expone aún más a los organismos que controlan mal la educación y al estado que genera repudio a mentes nobles que buscan igualdad y oportunidades de crecimiento, es sobre este tipo de caso que nos adentraremos en las acciones que han dejado las movilizaciones y las sensaciones que deja en el ambiente las intervenciones artísticas como murales y pinturas de gran formato… Suena, Los Dinosaurios de Charly García, mientras veo el nuevo mural que se ha instalado en la diecinueve con cuarta (Ilustración 2-3) haciendo memoria de algunos de los iconos de la revuelta por estos días, Don Raúl Carvajal y Dilan Cruz a quienes la vida se la arrebataron; por una parte a Don Raúl su hijo se lo mataron por negarse a ser parte de la comisión que mataba para crear a los falsos positivos y a Dilan, quien salió a marchar en contra de las presiones del estado, se vio entre la mira de una escopeta calibre 12 (Ilustración 4) que le incrusto en el cráneo una bolsa de trozos de balines metálicos; y va bajando el volumen de melodía de la música. Fuerte y claro, hay que empezar hablando de los hechos que sin duda caracterizan al país, a Bogotá, hablamos de los muertos, por que dejan de ser personas y se convierten en un símbolo que entre tanta aglomeración y contrastes es difícil distinguir por su luchas, hoy en día es el júbilo inmortal que se permea    en las marchas y mantiene intacta la memoria para salir a gritar y lanzar arengas contra la injusticia y la desgracia de patria que nos duele; por el abuso, por la corrupción, por el robo descarado de nuestro trabajo y las condiciones de vida que

desmejoran segundo a segundo con la corrupción, con estas y por muchas razones más, se abre el campo moderno de batalla (Ilustración 5), uno, librado en la calle 19, es de los nuevos puntos de resistencia, que precisa dejar sin olvido los eventos traumáticos del país. Cuando se llega a la rotonda de las aguas (19 con 3ra) (Ilustración 6)se puede sentir una vibración mística, al ver al oriente, las imponentes montañas se abren como una puerta y entre los edificios uno se siente diminuto, al ser parte de este combinado de paisaje, empiezo a observar la fauna que entrelaza este punto especifico de la ciudad, grandes aparatos móviles que usan su exclusividad de transporte, fuentes de ingreso comercial que abren temprano en la mañana, personas de a pie que se dirigen con prisa a su destino, vanguardistas que buscan su desayuno entre las canecas de basura (Ilustración 7) y anarquistas que se bañan con los primeros rayos de sol que parece abrigarlos después de una noche de farra (Ilustración 8). Es aquí entre tanto desenfreno que no parece detenerse donde aparece un cómplice clave, el estilo estético de las piezas de comunicación, publicidad, piezas gráficas, murales y gran formato (Ilustración 9) esta ambigüedad en los mensajes nos tiene más divididos que nunca, mientras unos luchan, otros se acomodan, pero cuando muere alguien, hoy ya más nunca se nos callará (Ilustración 10) tal vez ese grito escalofriante que produce la muerte queda latente y es parte de eso, que un grupo de artistas decide hacer de sus rodillos, pinturas, baldes y brochas, la representación de nuestra realidad, con arte, como expresión, como libre derecho y grito de su inconformismo. Veamos la ciudad, somos un ambiente en metamorfosis, que, entre las manchas de sangre, intentamos renacer con pintura, para dar vida a la ilusión (Ilustración 11) de que las cosas cambiarán y crearemos un país al alcance de nuestras manos, en donde podamos vivir (Ilustración 12) y demos la seguridad de garantizar la vida (Ilustración 13) para las futuras generaciones. Los procesos claves de las garantías para la vida deben estar instaurados en la memoria colectiva, mientras esto ocurra seguiremos llamando la atención de quienes no escuchan, o quienes no quieren escuchar, de los que se niegan a creer que las cosas no pueden ir bien,

de los tercos a los que se les explica que solo con unidad podremos avanzar, entonces ¿Qué le hace falta ver para darse cuenta que todo ciclo llega a su decadencia? viendo estos murales exploro mi subjetividad y es que todo quiere llamar la atención, y el mensaje universal llega a entenderse después de un simple y breve recorrido por los murales de las aguas, nuestra identidad esta en el mestizaje, en la lucha por reconocernos y no olvidar lo que hemos sido (Ilustración 14); sí, hay opciones para que el arte callejero cambie la sociedad (Ilustración 15), sí, siempre hay opciones, una, es instalándose en lo que hemos sido, manteniendo la memoria viva, latente, sin dudas, cuando veo a las personas caminar junto a estos muros, llaman mi atención y es que son reconocidos en el habitad, son reales, sujetos de realidad (Ilustración 16), están ahí para hablar de nosotros (Ilustración 17), de nuestros ancestros y las castraciones que han sufrido para llegar aquí (Ilustración 18), cuando los sujetos reconocen estas piezas gráficas y artísticas se apropian del mensaje y entablan relación con su identidad, conectan y crean cultura, crean país (Ilustración 19).

 © 2021 Creado por Uliana Molano y estudiantes del curso Antropología Visual con Wix.com

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