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Monumento a Gandhi. Feliza Bursztyn

Actualizado: 25 may 2022

Textos, fotografías e investigación por Gabriela Vega Moreno.

Febrero - Mayo 2022


Monumento a Gandhi | © Gabriela Vega Moreno | 2022



Información Técnica


Nombre oficial de la obra: Monumento a Gandhi

Otros nombres: Homenaje a Gandhi


Tipo de obra: Escultura


Función: Artística


Dirección o localización:

Bogotá, D.C., localidad de Chapinero, barrio Chicó Norte, calle 100 con carrera 7.


Tipo de emplazamiento: Rotonda o Glorieta


Dimensiones de la Obra: 5,61 x 1,62 x 1,63 m


Materiales: Hierro (chatarra)


Técnica de manufactura: Soldadura autógena y ensamblaje.

**Se asume que es autógena por la época y la naturaleza de la técnica, pero este dato no fue posible confirmarlo.


Componentes escultóricos: Chatarra sobre pedestal. Piezas en hierro soldadas.


Fecha de elaboración: 1971

Fecha de inauguración: 1971-72




Sobre la ubicación


Vista de Monumento a Gandhi de Feliza Bursztyn. Google Maps y Google Street View. https://bit.ly/3rwZblO


Descripción del lugar donde se ubica la obra

La calle 100, poco conocida como Avenida España o Avenida Carlos Lleras Restrepo, es una de las vías arterias del norte de la capital. Comienza, como se mencionó, en la carrera Séptima, y atraviesa la ciudad hacia el occidente hasta convertirse en la avenida 68, principal vía que llega hasta el sur de Bogotá y comienza más o menos a la altura de la avenida Suba. En este momento se están llevando a cabo importantes obras viales que modificarán la avenida para integrar una troncal del sistema público de transporte Transmilenio -que además ha generado gran polémica-; las obras todavía no alcanzan la altura de la carrera séptima, pero está entre los planes una modificación total de la zona. Es todavía un misterio qué va a pasar con la escultura, dónde será reubicada, cuando comiencen las obras que desmontarán el icónico puente para dar paso a un deprimido que estará en conexión con el complejo edificio que se encuentra en la esquina noroccidental de la calle 100, que aún está en obra y que será, supuestamente, un punto clave para el transporte público de la capital. Estas obras fueron anunciadas en el 2015, de acuerdo al Plan de Renovación Urbana de la ciudad.

La escultura, entonces, se encuentra emplazada en un pequeño jardín que da forma a la oreja del puente. Además, en este punto la vegetación de los cerros comienza justo al terminar la calle, lo cual le da un aspecto bucólico.


Sobre el contexto y la autora


Contexto histórico de la obra:

Monumento a Gandhi fue emplazada en este lugar en 1971, por la artista y su esposo. Es la primera escultura moderna en espacio público de la ciudad. Luego de que una noche y por casualidad, la pareja se percatara de cómo la escultura estaba siendo halada por una grúa para desensamblar sus partes, y de rescatarla, Bursztyn le añadió el enorme pedestal cúbico que “sumó un tercio más de altura y un punto gigante al elegante interrogante metálico” (Ospina, 2014).


Ubicada en el separador que sigue la forma de la oreja del puente que da inicio a la calle 100, se encuentra el Monumento a Gandhi que Feliza Bursztyn emplazó en 1971. La escultura “es una metáfora sobre la posibilidad permanente de la paz, aún en condiciones de degradación y violencia” (Universidad Externado de Colombia, s.f.). Resulta curioso el lugar que la artista eligió para el emplazamiento de su escultura, dada la cercanía con el Cantón Norte, que limita con la calle 100 y que fue el lugar donde fue detenida y torturada por el Estado colombiano, antes de su exilio en París.


La obra, que “aun cuando hace alusión conmemorativa al líder hindú, rompe el esquema figurativo de representación y se consolida en una forma abstracta” (IDPC, 2019: 18), fue adoptada por Aldea Proyectos.



Autora: Feliza Bursztyn

Biografía de la autora

Feliza Bursztyn nació en Bogotá 1933 y murió en París, en 1982, víctima del exilio en el que se tuvo que refugiar por las amenazas, la persecución y la detención arbitraria por parte de las fuerzas militares colombianas, y por los efectos de la fundición de metales en sus pulmones. Estudió en el Arts Students League (Nueva York, 1954), en Grand Chaumiere (París, 1956) y con el artista Ossip Zadkine (Bielorrusia 1890- Francia 1967). Expuso en Estados Unidos (Washington, 1964) y en algunas ciudades colombianas. Además, con su obra Mirando al Norte ganó el primer premio en escultura del XVII Salón Nacional de Artistas Colombianos (1965). La vida y la obra de Bursztyn se caracterizaron por salirse de los patrones tradicionales culturales y sociales de su época y de los que determinaban la familia judía polaca de sus padres. “Su vida íntima fue también una expresión de modernidad, al romper con las prescripciones sobre el lugar de la mujer en la pareja, la familia y la sociedad” (BanRepCultural, 2020). Cuestionó la indisolubilidad del matrimonio y preeminencia de la maternidad y adoptó el desarrollo de su carrera artística como principal proyecto personal.

Aunque empezó con barro y yeso, pronto los cambió por chatarra y metales de desecho industrial y los convirtió en su materia prima habitual. Al comienzo sus obras eran estructuras sencillas en torno a un eje vertical, con poca soldadura, compuestas por objetos simples como tuercas, tornillos, aros… Pero con el paso del tiempo, adquirieron complejidad, incluyó motores en algunas para darles movimiento y sonidos disarmónicos (Histéricas, 1968. Serie Camas, 1970). De acuerdo con la crítica Marta Traba (Argentina, 1930 - España, 1983), citada por Germán Rubiano Caballero (Girardot, 1938), Bursztyn abrió “la brecha de la anarquía formal y conceptual” del arte en Colombia. El crítico e historiador asegura que la artista siempre prefirió que sus obras fueran irrisorias, efímeras, antiestéticas y no solemnes, perdurables o bellas. Asegura el autor que ella fue quien, por primera vez en Colombia, estableció una relación más estrecha con el espectador en la que “no cabía la contemplación, porque todo estaba dispuesto para que la escultura chocara y molestara” (Rubiano, 1938). Las esculturas de Bursztyn plasman su interés por la condición femenina, su oposición al machismo y al patriarcado; además, esta postura también se percibe en la escogencia de materiales pesados (inusuales en el arte colombiano de su época), tradicionalmente considerados masculinos. “La apariencia inacabada dada por la soldadura y un modo de trabajo no planificado, fueron el sello de esta escultora” (BanRepCultural, 2020).


Análisis

Análisis iconográfico

La escultura aparece erguida en un alto pedestal negro de forma cúbica. Sobre este, un larguero de piezas, casi idénticas, de hierro industrial que apuntan al cielo. Dichas piezas son fragmentos que otrora tenían un uso mecánico industrial; chatarra. El conjunto, además, parece reposar sobre su propio pedestal de hierba, en medio de una oreja que da entrada a un puente vehicular. “En una primera instancia, esta escultura parece anular la necesidad del recorrido, pues desde un mismo punto se puede ver la misma pieza repetida de frente y de perfil; de esta manera, el espectador no necesitaría desplazarse para comprender toda la extensión de la obra” (Buenaventura, 2018: 24). Como una columna compuesta, en la escultura sobresalen hacia los lados figuras triangulares, mientras que en el centro se encuentran un resorte y una rueda; todo es de metal. “En este orden de ideas, Homenaje a Gandhi eclipsa y despliega el tiempo del recorrido: puedes ver la pieza de frente y de perfil desde un único punto en el espacio, pero es necesario recorrer la obra para advertir su trampa, para enterarse de lo que está aconteciendo del otro lado” (Buenaventura, 2018: 28). Su color es el del hierro oxidado que además está recubierto por una fina capa de musgo verde, producto del paso del tiempo, de las humedades bogotanas características de la montaña.

Análisis iconológico

La escultura, que “es una metáfora sobre la posibilidad permanente de la paz, aún en condiciones de degradación y violencia” (Universidad Externado de Colombia, s.f.), es una de las primeras esculturas modernas en espacio público que se emplazó en Bogotá. Su implantación “fue bastante controversial debido a que, aun cuando esta hace alusión conmemorativa al líder hindú, rompe el esquema figurativo de representación y se consolida en una forma abstracta. […] Feliza, de una manera muy hábil, logra traslapar su discurso moderno de formas abstractas realizadas con desechos industriales (chatarra) sobre el imperante neoclasicismo bogotano, utilizando el título Monumento a Gandhi como un lenguaje común a la conmemoración que autoriza su implantación en el espacio público. Su ubicación sobre la glorieta del puente de la calle 100 con carrera 7 distancia el monumento de la tradicional plaza pública y abre la posibilidad de nuevas implantaciones en separadores y parques que liberan al monumento del lenguaje oficial. Así, se da inicio a uno de carácter autónomo y propio de las expresiones plásticas y expresivas de la modernidad en el arte” (Rojas en IDPC, 2019: 19). Resulta curioso el lugar que la artista eligió para el emplazamiento de su escultura, dada la cercanía con el Cantón Norte, que limita con la calle 100 y que fue el lugar donde fue detenida y torturada por el Estado colombiano, antes de su exilio en París.


Apropiación social de la obra:

La obra de Feliza Bursztyn ha sido controversial a lo largo de la historia. Por eso siempre ha tenido acérrimos defensores y acérrimos detractores. En un país donde predomina la línea de pensamiento conservadora, la transgresión artística y discursiva que lograba Bursztyn con sus esculturas abstractas hechas en chatarra rallaba en la ofensa.


Monumento a Gandhi, en particular, tiene la característica de ser una de las primeras esculturas modernas en ser emplazada en un espacio público no convencional. No solo se encuentra en medio de la calle, un lugar poco frecuentado por los peatones, casi como si se pensara para ser observada rápidamente en incontables recorridos en carro. También está a pocos metros, en un acto retador, de una de las instituciones tradicionales más conservadoras del país: el Cantón Norte del Ejército colombiano.


“Es necesario romper la esfera del arte moderno para que tres viejos desechos de una máquina perdida, de una ruina reciente, sean escultura. […] Aun cuando las piezas están modificadas, el espectador no deja de saber que se trata de viejas partes industriales, antes que nada son eso; antes que ser una escultura, pero, sobre todo, no por pasar a ser una escultura han dejado de ser residuos” (Buenaventura, 2018: 36, 38).

No obstante lo anterior, esta es una obra poco apreciada por la ciudadanía bogotana.



Conservación y Recomendaciones

Estado de conservación: Bueno


Afectaciones indirectas (Entorno)

Monumento a Gandhi no cuenta con ningún sistema de vigilancia, ninguna clase de cerca viva y no tiene mayor iluminación que la del alumbrado público de la ciudad. Esto resulta inconveniente cuando se tiene en cuenta que la zona es muy oscura en las noches, por la cercanía con la montaña y por lo poco transitada que es esa cuadra -peatonalmente-. La escultura además se camufla entre la vegetación, pues su gran tamaño, la altura que le suma el pedestal y su forma alargada y abstracta se confunde entre el follaje de la montaña, unos metros atrás de ella. Aunque se puede acceder al jardín donde se encuentra sin ningún problema, no es evidente que este sea un lugar diseñado para el disfrute de una escultura. El suelo está sembrado de arbustos que, aunque en esta ocasión estaban podados a ras de piso, dificultan el acceso pues caminar por ahí puede ser complejo. Se siente una sensación de inseguridad dada la soledad de la zona. Pero es posible que la artista no pensara su escultura para que fuera visitada a pie, vista desde abajo y tan cerquita -que por lo demás la hace ver lejana. La escultura parece estar diseñada para ser vista en todos sus ángulos, al darle la vuelta por la calle, siguiendo la oreja del puente, desde donde se puede apreciar toda su extensión. La contradicción está en que esto sucede en pocos segundos. Pero varias veces, todas las veces que cualquiera transite por ahí. Ya que esta escultura está emplazada en la intersección de dos vías principales de la ciudad, el riesgo que hay de fuerzas físicas directas ocasionadas por la vibración que produce el tránsito de vehículos pesados como buses y camiones, además del tráfico vehicular normal, es alto. Lo anterior teniendo en cuenta, especialmente, que en la esquina diagonalmente opuesta, en la 100 con 7, se está llevando a cabo una compleja construcción de un alto edificio y parqueadero de vehículos de transporte público, para el cual a lo largo de los años se han hecho excavaciones profundas, y se lleva maquinaria muy pesada.

Afectaciones directas (sobre la obra)

Actualmente, el pedestal que sostiene la escultura está pintado de negro, en muy buenas condiciones. Sin embargo, esto no siempre ha sido así pues como lo evidencia la fotografía de Carlos López abajo referenciada, en otras ocasiones se ha visto carcomido por el óxido. En la función de Street View de Google Maps, el pedestal aparece completamente cubierto de graffiti y de carteles publicitarios, pues ha servido de lienzo para muchos graffiteros. Además, se han pegado sobre el pedestal carteles de diversa índole. Según el Plan de Desarrollo Urbano, en 2015 se anunció que el puente que da inicio a la calle 100 será demolido para dar paso a un deprimido, teniendo en cuenta la mega estación que se está construyendo en la esquina noroccidental. Monumento a Gandhi será reubicada y se desconoce cuál será su próximo lugar de emplazamiento, así como cuál es el plan para desinstalarla de manera segura. Aunque en el pedestal de la escultura se puede apreciar una pequeña placa con la firma de Feliza Bursztyn, esta se encuentra casi escondida en la esquina inferior derecha de la cara del pedestal que está frente a la montaña. Es decir, no es fácil verlo. Además, también está pintado de negro, como todo el pedestal. Sumado a eso, el pasto que crece rápidamente en el jardín lo puede llegar a cubrir. Esto, además de que no hay ninguna otra clase de placa ni de señalización que explique o dé cuenta de la historia de la escultura, la técnica, los materiales ni el año de creación, aumenta los riesgos de disociación. Es fácil encontrar información sobre la artista y sobre la escultura en Internet, pero no mucha gente conoce a Feliza Bursztyn y no mucha gente sabe que esta escultura es de ella. Si se tiene en cuenta que, además, la escultura va a ser trasladada y reubicada a un paradero aún desconocido, continúa aumentando el riesgo de disociación. Ya que Bogotá tiene un alto índice de precipitaciones, la escultura está en alto riesgo de deterioro causado por lluvias; lo anterior sumado a que el pedestal, que se encuentra directamente sobre el césped, que es muy absorbente, puede también presentar humedades desde el suelo, pues hay un riesgo de asentamiento del agua.



Descripción daños:

Afortunadamente, el pedestal fue recientemente restaurado y no presenta evidencia de deterioro causado por agua (no tiene señales de óxido ni corrosión en su pintura negra). En la escultura sí hay algunas señales de deterioro causado por agua: se puede ver bastante óxido, así como líquenes y musgos que crecen favorablemente por la humedad.


Por lo anterior, es posible apreciar algunos organismos recubriendo la escultura. Pareciera que el pedestal sobre el cual se ubica la escultura no fuera suficiente barrera para las humedades que puedan surgir de la tierra del jardín. El cuerpo de la escultura está cubierto de musgos y líquenes, y es probable que también tenga hongos. A pesar de que el material de Monumento a Gandhi es hierro oxidado, la alta humedad relativa ha resultado en la aparición de musgos y líquenes, y muy seguramente moho, óxido y corrosión (la altura de la obra no permite que estos detalles se aprecien de cerca sin los equipos necesarios).



Recomendaciones:

Aunque parece que la aparición de microorganismos es inherente a la naturaleza misma de la escultura, valdría la pena realizar mantenimiento periódico al hierro para prevenir que surjan daños irreversibles. Del mismo modo, continuar con las restauraciones constantes del pedestal para evitar que vuelva a estar cubierto de graffitis y panfletos publicitarios.


Sería ideal resaltar la placa de autoría con la firma de la artista, así como instalar un sistema de iluminación que impida que la escultura sea engullida por la oscuridad de la noche.


Lo más importante en este punto es saber qué va a suceder con la escultura cuando ésta deba ser removida para las obras de renovación urbana que pronto se llevarán a cabo.

Para evitar que la obra caiga en el olvido, se recomienda alguna clase de placa o elemento didáctico que contribuya a la apropiación cultural de este monumento.




Monumento a Gandhi | © Gabriela Vega Moreno | 2022







 
 
 

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© 2020 by Uliana Molano Valdés Docente UNAD

 
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