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Noches de Crochet

Todo inició como requisito al cumplimiento de una materia de la UNAD, hay que moverse porque el tiempo es corto, pero ¿En qué oficio o arte enfocaré mi investigación?, bueno la verdad no tuve que pensarlo mucho, mi documental no me exigía un gran desplazamiento ni equipos complicados; mi trabajo investigativo esperaba bajo el techo de la casa de María Nieves Vargas, mi madre; solo bastó que llegara la noche para preguntarle a ella si se animaba a participar en mi proyecto, sonrió y dijo que si eso significaba una ayuda para mí lo haría con gusto.

Desde que tengo uso de razón, mi madre siempre ha manifestado gran interés por los tejidos en crochet, han pasado alrededor de 25 años desde que soy testigo de las noches que ella le entrega a su pasatiempo favorito, “un vicio bueno” según ella.

Mi madre trabaja todos los días desde la mañana en una casa de familia, y regresa después de las 6:30 pm, sus gestos de cansancio y estrés no parecen impedir que ella desista de hacer lo que le gusta, por lo que toma un vaso de agua, prende su televisor, sintoniza su programa favorito, consigue sus lana, tejido y aguja, se sienta en su vieja silla y empieza a tejer. Sus familiares la visitamos mucho, siempre está para nosotros y nos oye y aconseja sin dejar su arte.

La demás información para complementar el ejercicio etnográfico fue sugerencia por parte de mi madre, entrevistar también a mi hermano menor José Reinel Ariza, quien también conoce y en ocasiones practica el tejido en crochet para realizar bolsos entre otras cosas.

Por otra parte, un amigo mío Melvin Rivero, aceptó en compañía de Carlos Cobos, realizar un aporte sobre el significado del tejido en la sociedad, y luego supe de otra vecina que también quería ser parte del proyecto, y me concedió un lugar para su entrevista, ésta señora de nombre Leonor Sánchez, comparte al igual que mi madre una pasión por el arte del tejido en crochet, y me dejó un evidente mensaje que involucra su arte, con el sentido de valor humano que tienen sus hijos.

Título: Noches de Crochet

Realizador: Geiner Oliver Ariza Vargas

Duración:  11 minutos

Lugar:  San Martín, Cesar 

Año: 2019

San Martín, el pueblo que me vio nacer, adoptó hace 40 años una mujer muy humilde, trabajadora y poco después muy entregada al calor de su hogar.

Desde muy joven tuvo que ayudar en la casa de mis abuelos, ya que contaban con muy pocos

ingresos para sostener el núcleo familiar conformado por madre, padre, y 8 hermanos, de los

cuales ella fue la única hembra.

Mi abuela, según cuenta mi madre, desde pequeña le inculcó un talento artesanal ya que sabia tejer canastos de mimbre y tejidos con agujas de crochet, con lo que se ayudaban para los gastos del hogar, sin embargo, los tejidos en lana con aguja de chochet, el atractivo de sus colores y texturas, junto a la infinidad de posibles creaciones, fue y hasta el día de hoy es su pasatiempo favorito, tanto así que participaba en cuanto curso hubiera sobre ésta técnica para aprender lo

máximo posible.

Mi madre trabaja todos los días como empleada de servicio, todas las mañanas se levanta temprano para dejar hecho el desayuno de mi padre, se alista y sale a su trabajo; cada tarde al finalizar su horario laborar como empleada de servicio, mi madre emprende un corto camino hacia su casa, pasa por un viejo establecimiento comercial a hacer compras necesarias para el desayuno del día siguiente, y algunas otras necesidades, al llegar a casa le recibe mi padre, y en muchas ocasiones también sus hijos y nietos que por vivir en el mismo pueblo, llegamos a visitarlos con mucha frecuencia, pero algo siempre

es constante en éste trajín diario, mi madre busca su habitación, enciende su televisor, sintoniza su programa favorito, enciende su viejo ventilador y ubica rápidamente la aguja de crochet y el tejido en el que esté trabajando.

Solemos sentarnos junto a ella a compartir nuestros asuntos, hablamos de todo lo que se nos ocurra, en ocasiones buscamos sus consejos, siempre nos escucha y nos presta atención sin dejar de hacer lo que tanto le apasiona, son aproximadamente dos horas a las que cada noche dedica a su labor artesanal, y durante ese tiempo sólo suelta su aguja, hilo y tejido para tomarse un buen café que mi padre nos brinda. El terminar su programación favorita le recuerda que ya fue suficiente por el momento y que hay que descansar, entonces se levanta de su silla y se va a la ducha que es muy necesaria antes de dormir en este pueblo de clima tan caliente.

Cada blusa o bolso realizado la llena de orgullo, ese orgullo impregnado de cansancio que se nota en sus ojos por un buen trabajo realizado, emocionada y con alegría advierte a cada familiar o amiga muy cercana su última creación cada vez que termina uno de sus tejidos, los cuales responden con admiración su talento y dedicación que no busca reconocimiento económico, pero que suele terminar en una venta y un nuevo pedido.

Los tejidos que realiza mi artesana madre, en su criterio lucen bien en dos colores y máximo tres, sin embargo, las blusas generalmente son de un solo color y suele decorarlas con algunos accesorios a petición de la persona que quiera el producto, ya sean con lentejuelas, botones, cintas, entre otros.

En ocasiones busca hacer sus tejidos basándose en las herramientas de la información y comunicación, busca por ejemplo tutoriales en YouTube, o a través se une a grupos de personas que comparten su pasión por los tejidos artesanales con agujas crochet, también es normal que cuando tiene la oportunidad de viajar a otra ciudad más grande, busca revistas relacionadas con los tejidos.

Mi madre, siempre nos ha inculcado valores, y nos ha inculcado una entrega por lo que hacemos, ciertamente de ella hemos heredado la constancia y el amor por lo que hacemos, alrededor del arte que ella posee para tejer bolsos, gorros y blusas, mis hermanos y yo cultivamos también nuestros talentos artísticos, también guiados en parte por mi padre quien hasta hace unos cuantos años practicaba e arte de hacer figuras talladas en madera, por lo que las personas afirman que el arte es hereditario, mi hermano mayor desarrolló un gusto por la música, el canto, la pintura, y la escultura, mi hermano menor aprendió el arte de tejer bolsos, pero su trabajo le obstaculiza realizarlos con frecuencia, en torno a mi madre, mi afición por el arte está en la pintura, aprendí también algunas formas de tejidos, pero al estilo manillas y brazaletes.

Es normal que en ocasiones lleguen personas cercanas a casa a buscar a mi madre para que las oriente de cómo hacer cierto tejido, o cual es el mejor material para realizar tal bolso o blusa, y también ella busca mejorar cada día mas su técnica, apoyándose del conocimiento de otras artesanas que viven cerca.

© 2019 by Uliana Molano

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